Santa Rosa de Lima (Las Rosas)

En el afamado libro de la Dra. Esperanza Ramírez Romero, encontramos estos datos acerca del Templo de Santa Rosa de Lima, coloquialmente conocido en Morelia como el Templo de Las Rosas:

El primer convento de monjas que hubo en la antigua Valladolid fue el monasterio dominico de Santa Catalina de Sena. Fundóse en 1590, siendo obispo de Michoacán, Fray Alonso Guerra, dominico que obviamente tuvo que impulsar su orden en la rama femenina. El lugar que se les destinó para la construcción de su templo y convento se encontraba al norte de la ciudad, en “unas casas de los primeros fundadores de Valladolid, en que se tenía un obraje para castigo de los inquietos en la República, en que asimismo para las fábricas había muchos negros”(1).
Las obras empezaron a construirse de limosnas que daba el vecindario consistentes en pesos de oro común, becerros, novillos, potros, maíz, etc. (2).
En 1646, el obispo Fray Marcos Ramírez de Prado costeó las obras de reedificación del convento, nueva iglesia “claustros y oficinas interiores”, según consta en un testimonio de agradecimiento al obispo(3); estas obras estuvieron a cargo del maestro
Juan de Santiago(4).
En el primer tercio del siglo XVIII, el monasterio y su iglesia se hallaban sumamente arruinados y el obispo Escalona y Calatayud dispuso se construyera nuevo convento en otro lugar más sano, junto a la Calle Real (hoy Avenida Madero). Después que las monjas abandonaron en 1738 su antiguo convento, se erigió en él el Colegio de Santa Rosa María fundado en agosto de 1743 por iniciativa de D. Francisco Mattos Coronado, quien compró el predio en la suma de 6,000 pesos. El precio inicial era de 16,794 pesos 5 reales valuado por los arquitectos Nicolás López Quijano y José de Medina, pero se rebajó a 6,000 tomando en cuenta lo malsano del lugar(5).
El mismo obispo, al fundar el Colegio, asignó varias rentas para sostenimiento, cuyos recursos se destinaron a ampliar la casa, reedificar la iglesia y mantener y educar a un gran número de niñas pobres de todos los curatos de la diócesis. Sin embargo, fue su sucesor, el obispo D. Martín Elizacoechea, quien llevó a cabo las obras de reparación y adaptación, de 1746 a 1756. La dedicación del templo de Santa Rosa de Lima se verificó en 1757, como lo acredita la inscripción que esculpida en la portada y que dice:
“Se dedicó este templo que labró a sus expensas el Ilmo. Sr. Dr. D. Martín de Elizacoechea, obispo de Mechuacán. Año de 1757″(6).
El colegio fue clausurado en el siglo XIX y desde entonces el edificio ha sido destinado para varios usos; fue cuartel, cárcel, vecindad, recinto de la liga de comunidades agrarias y hospicio de mujeres. Al fin, en la década de los cuarentas se instaló la escuela de música que funciona hasta nuestros días(7).

(l) Escobar, Fray Matías de; Americana Thebaida, p. 225.
(2) AAOM, SigloXV1, Leg. 1, Exp. 21.
(3) AGI, México, Leg. 374.
(4) AGI, México, Leg. 349.
(5) Carreño, Gloria; El Colegio de Santa Rosa María de Valladolid, 1743-1810, p. 37.
(6) Torre, Juan de la; Bosquejo Histórico dela ciudad de Morelia, p. 113.
(7) Tavera Alfaro, Xavier; Paseo por Morelia, pp. 18-20.

Ramírez Romero, Esperanza, Catalogo de Construcciones Artísticas, Civiles y Religiosas de Morelia, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y FONAPAS, Morelia, 1981. Pp. 245-246.

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