NOTA: La imagen que encabeza este artículo es la que apareció publicada en el libro Siluetas Uayangarenses del Dr. Jesús García Tapia, que de acuerdo con el mismo autor, se recreó a partir de un boceto del estudiante nicolaíta Ramón Chávez, llamado “Tabaquillo”. Sin embargo, se me hizo notar por Luis Córdova que la imagen mostrada, guarda una semejanza notable con el templo de Santa Ana en Tzintzuntzan, esto el 19 de marzo de 2014. Ver fotografía anexa.
Debido a ello, dejo al lector de juzgar si: ambos templos guardaban parecido debido a ser contemporáneos; o si en realidad la imagen del libro corresponde al templo de Tzintzuntzan, con lo que nos quedaríamos sin imágenes completas de cómo era dicho templo. Anexo la descripción que del edificio hizo el Lic. Mariano de Jesús Torres, que conoció en persona el lugar:
Constaba de una sola nave, cuya fachada veía al Poniente; teniendo en la parte superior de la puerta, la imagen de aquel santo, labrada en piedra cantera. Al lado derecho tenía una torre de dos cuerpos con sus correspondientes campanas, y a la izquierda una casa de habitación para la persona que cuidaba del templo.
La cita bilbliográfica de la fuente de la descripción está más adelante en este mismo artículo. Anexo comparativa de ambos edificios.
Por su relevancia para el estudio de este lugar, se agregan los artículos que escribió el Lic. Mariano de Jesús Torres acerca del pueblo o barrio de San Pedro, además del de la capilla. Primero el del barrio:
San Pedro. Hist. Nombre de uno de los pueblos, más bien barrios, fundados en contorno de la antigua ciudad de Valladolid, cuando esta se estableció en 1,541. Sus habitantes primitivos plantaron los hermosos y arrogantes fresnos que forman el bosque que llevó ese nombre, y que se le cambió por el de Cuauhtemoc en 1,916, formando uno de los sitios de recreo más hermosos y pintorescos que tiene la ciudad. Los referidos habitantes construyeron chozas o jacales de habitación diseminados en la localidad, teniendo cada una su respectiva huerta de árboles frutales como duraznos, perones de lámpara, manzanas o camuezas, higos, chavacanos y granadas cordelinas, plantaban allí mismo amapolas voladoras y chinas, garbancillos o chícharos de olor, rosas de Castilla, de Jericó, del Norte y enredaderas que le daban un aspecto risueño y delicioso. En algunas de esas chozas acostumbraban vender los martes y domingos en la tarde tamales y aun atole de cáscara o de leche, de donde tomó origen el famoso “Jazmín” que aun subsiste y que se le dio ese nombre a consecuencia de una frondosa planta de esa flor que se extendía sobre el árbol a cuyo pie está la choza donde se confeccionaban esos tamales que son muy gustosos y agradables. El Sr. gobernador D. Miguel Silva M. que ocupó en 1,856 el poder, les cambió a los indígenas de San Pedro el terreno que disfrutaban por el rancho del Aguacate, contiguo a Morelia y dispuso formar un paseo conforme a un plano que hizo el ingeniero belga Dn. Guillermo Wodon de Sorinne, midiendo dicho terreno por el Norte 600 varas; por el Oriente, 370; por el S. 470; por el Poniente, 100; en un área de 330,320 se dividió el terreno en 26 lotes que se adjudicaron a particulares, con la condición de construir bonitas casas de campo, rodearlos de enverjado y plantar bonitos jardines; entonces los señores Macouzet Hermanos construyeron en su lote el bonito jardín de Flora que aun existe, los demás agraciados se limitaron a explotar el terreno sembrando alfalfa, alcacer y aun hortaliza. En vista de que no daban cumplimiento a las condiciones de la concesión, se les recogieron los lotes y se les adjudicaron a otras personas, hasta que últimamente se ha ido logrando que se construyan graciosos chalets o casas de campo y que se cumpla con los deseos del fundador. Algunos Ayuntamientos han puesto su atención en ese paseo y se han formado amplias calles o avenidas, a las que se les ha dado el nombre de algunos personales notables como Fr. Antonio de San Miguel, Fr. Manuel Navarrete, Fr. Diego Abadiano, Pudenciana Bocanegra, Manuel Ocaranza, Dn. José de Lejarza, Gordiano Guzmán, José Salgado, Esther Tapia de Castellanos, Justo Mendoza, Antonio Florentino Mercado y Rafael Carrillo. Las glorietas que hay en las confluencias de los lotes tienen nombres mitológicos, como Ceres, Flora, Juno, Vesta, Erato, Calíope, Polimnia, Neptuno, Melpolene, Euterpe, Clío, Psiquis, Apolo, Talía, Urano, Marte, Minerva y Diana. Se adornó también ese bosque con un cenador y un laguito. En la actualidad tiene ya alumbrado eléctrico y se edificó una gran casa para las Hermanas de la Visitación que fueron expulsadas por el gobierno revolucionario. Está surtido de varias fuentes, y aún se llegó a colocar una jaula para fieras.
Torres, Mariano de Jesús. Diccionario Histórico, Biográfico, Geográfico, Estadístico, Zoológico, Botánico y Mineralógico de Michoacán, Morelia, Imprenta particular del autor, 1915, Tomo III, p. 256-257.
Ahora acerca de la capilla o templo de San Pedro:
San pedro. Hist. Nombre de la capilla que existió en el extinguido barrio de ese nombre a que se refiere el artículo anterior y que estaba dedicada al apóstol San Pedro. Constaba de una sola nave, cuya fachada veía al Poniente; teniendo en la parte superior de la puerta, la imagen de aquel santo, labrada en piedra cantera. Al lado derecho tenía una torre de dos cuerpos con sus correspondientes campanas, y a la izquierda una casa de habitación para la persona que cuidaba del templo. En el interior de este, en la cabecera que miraba también al Poniente estaba el altar donde se veía colocada la imagen de San Pedro, en traje pontifical. En un altar especial se veía la imagen de un santo Cristo de tamaño natural, a quien llamaban el Señor de San Pedro, y que figuraba en la procesión de Cristos que tenía lugar en Morelia la tarde del Jueves Santo. En los muros interiores del templo estaban pintadas al temple, la pesca milagrosa y el lavatorio.
Cuidaban del culto los indígenas del barrio expresado, mientras formaron comunidad, cuando ya esta se disolvió con motivo de las leyes de Reforma, y que los indígenas se desapoderaron de las tierras que disfrutaban, quedó abandonada la capilla, más procuraba su conservación y de su culto un antiguo indígena, pintor, llamado Antonio Mendoza, cuando este murió, aquella quedó completamente abandonada y fue destruyéndose, al grado de que, convertida en ruinas, fue demolida de una manera absoluta y para siempre, quedando nada más su recuerdo. Frente a dicha capilla sobre terreno raso se levantaba una gran cruz de piedra que también fue demolida. En la época en que la capilla estaba en su florencia; se le hacía a San Pedro una función el 29 de julio y tenía lugar un rezo, al que asistían los vecinos del barrio y devotos del santo.Torres, Mariano de Jesús. Diccionario Histórico, Biográfico, Geográfico, Estadístico, Zoológico, Botánico y Mineralógico de Michoacán, Morelia, Imprenta particular del autor, 1915, Tomo III, p. 257.
Testimonio de la existencia, decaimiento y destrucción del templo o capilla de San Pedro, según Jesús García Tapia, que al igual que el Lic. Mariano de Jesús Torres, conoció el edificio en persona:
CAPITULO XIV.
LA CONCEPCION Y SAN PEDRO 1541
A fines del año de 1915, acompañé varias veces al inolvidable amigo Ramón Chávez, (Tabaquillo), en sus trabajos de dibujo, que todas las tardes, llevaba a cabo, en el entonces Bosque de San Pedro, donde tomó a pluma, los apuntes del Templo de San Pedro, que ilustra mi presente obrita. Recuerdo que en la capilla referida, había una placa de cantera, con la fecha de 1541.
La capilla de San Pedro, fue coetánea del Templo de la Concepción…
…
CAPITULO XVI.
DEMOLICION DE LA CONCEPCION Y DE SAN PEDRO
El 21 de agosto de 1916, en solemne acto cívico, fue denominado, el legendario y umbroso “Bosque de San Pedro”, con el nuevo nombre de “Bosque Cuauhtemoc”.
El acto cívico, lo presidió el señor General Gabriel Cervera Riza, en representación del Gobernador Militar del Estado, el General Alfredo Elizondo; el Secretario de Gobierno Prof. Candor Guajardo y el General Antonio Mora. No estuvo presente el General Elizondo por haber salido a Querétaro, cumpliendo con un llamado del Primer Jefe Dn. Venustiano Carranza.
Durante algunos meses, estuvo colocada en un pedestal, una efigie de madera, del emperador Cuauhtemoc, cuya representación artística hecha por el maestro Jara y Ramón Chávez, fue destruida por la acción del tiempo y de la lluvia. El pedestal construido de Cantera, todavía subsiste situado a una cuadra al norte del zócalo central; en su base hay una placa de mármol, con esta inscripción: Al Insigne Cuauhtemoc, Símbolo del Valor y Estoicismo de una Raza”. “El Primer Ayuntamiento Libre de Morelia dedica este recuerdo”. Agosto 21 de 1916” .
El referido pedestal espera se realice el proyecto de colocarle una estatua de bronce, del joven abuelo Cuauhtemoc, que eternice su hiperbólico estoicismo y haga memoria del arquetipo de la raza indómita.
A fines del año de 1916, fue destruido el vetusto Templecito de San Pedro, del cual Ramón Chávez, (Tabaquillo), tomó a pluma el dibujo que hoy ilustra este trabajo.
Todas las tardes acompañaba a Chavitos, en su loable tarea, y en más de una ocasión, el señor mi padre, diletante de la historia y la leyenda, de esta gran Ciudad, nos hacía narraciones amenas, así como referencia de algunas anécdotas de San Pedro y la Concepción.
…
El año de 1852, en el gobierno del señor Lic. D. Melchor Ocampo, el primitivo Bosque de San Pedro les fue canjeado a los indígenas por terrenos ubicados en el rancho del Aguacate y otros barrios de la ciudad. (Este dato lo recibí de mi buen amigo el señor D. Alfredo Zavala, quien lo tomó del Archivo del Registro Civil).
Desde esa época se dedicó el Bosque a Paseo Público, empezándose a despoblar este lugar y a quedar abandonados los templos de la Concepción y San Pedro, por lo que fue decayendo el culto en lo que antes era concurrido por la mejor sociedad de Valladolid que tenía por “chic” ir a misa muy de madrugada a cualesquiera de estos dos templos, que les permitía cumplir con su devoción religiosa y les brindaba la ocasión de un magnífico paseo matutino donde la brisa perfumada por los pinos y fresnos les hacía agradable la mañana.
Por orden del señor Ocampo, un ingeniero recién llegado al país, en ocasión del filibustero Gastón de Raousset Boulbon, en cuyas filas militó, salvando la vida gracias a una hermosa dama michoacana, y el cual no es otro que el señor Guillermo Wodon de Sorine, quien hizo los primeros proyectos de urbanización del Bosque, hasta dejarlo en las condiciones que hoy presenta pues antes de esta fecha, era un Bosque de maleza cruzado por veredas sinuosas e intrincadas; terminándose la urbanización en el año de 1907, en que fungió como Presidente Municipal el señor Prof. Rabel Elizarraraz, quien sustituyó interinamente al señor D. Lauro Guzmán.
A fines del siglo pasado, vivía en la calle de “ La Flor ”, hoy Emiliano Zapata, D. Próspero Ávila, que era copropietario de los baños que existían en la calle sur del Mercado Comonfort, por toda la acera, donde hoy tiene su comercio el Sr. D. Ramón Sáenz. El señor Ávila aparte de esos baños, tenía una galera de teja, al sur del templo de la Concepción , a orillas del Río Chiquito. A este señor le fueron vendidos los altares de madera recamados de oro de los templos de la Concepción y San Pedro, y con ellos fueron atizados los hornos de la galera y de los baños, y recuerdo que el padre Parrita, con humorismo y escandalizado por el hecho, relataba a mi señor padre como el sacrílego señor Ávila, al extinguirse el fuego de los hornos, extrajo buenos tejuelos de oro fundido. Mas no sólo se lo oí relatar al Padre Parrita, cuyos recuerdos de mi infancia son imprecisos; se lo oí relatar también al Canónigo D. Rafael Ávila, que era compadre del señor mi padre. Este dato lo ha afirmado el señor Cura José María Núñez. El señor D. Felipe Breña, intentó evitar la destrucción de los altares de dichos templos pero no tuvo éxito.
No quiero dejar olvidado al señor D. Felipe Breña, Regente del Colegio de San Nicolás, Presidente Municipal de Morelia, y uno de los Maestros fundadores de la escuela de Artes. En Unión del señor mi padre, proyectó hacer con. D. Mariano de Jesús Torres, un museo histórico de Morelia. Para ello dedicó mucho tiempo descuidando sus propios asuntos y quedó después en la miseria, hasta sufrir las consecuencias de injusto embargo, por el cual perdió sus cuadros pictóricos. Debido a la esposa del señor D. José López, se salvó el cuadro pictórico que representa el templo de la Concepción , encontrándose en la casa núm 459 de la calle Virrey de Mendoza, habitación de la respetable familia López, y quien gentilmente facilitó dicho cuadro, para que mi esposa Marina Quintana llevara acabo una reproducción exacta de aquella obra artística.
Gracias al señor Breña, se salvó para la historia la fachada de la Concepción y algunos datos descriptivos, que conseguí en viejos libros y añejos y apolillados manuscritos y de la tradición.
…
García Tapia, Jesús, Siluetas Uayangarenses, Editorial Uayángareo (Imprenta Particular del Autor), Morelia, 1951.
NOTA: El libro existe impreso, pero el Dr. Gerardo García, hijo del autor, tenía un blog denominado “Revolución Michoacana” donde subió gran parte de la información escrita por el Dr. Jesús García Tapia. El libro estaba disponible en el blog pero la página dejó de existir, así que con su autorización, yo volví a subir el libro en mi sitio, está disponible en esta url: SILUETAS UAYANGARENSES. Es por ello que NO aparecen números de página en las fuentes bibliográficas o en las citas de información de dicho libro.
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